- Área: 940 m²
- Año: 2000
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Fotografías:Guy Wenborne
Para habitar en esta inmensidad,
hombres y mujeres construyen
con piedras, gracia, e ingenio,
a lo largo de las rutas de pastoreo,
o de comercio, torres, montículos o muros;
o pintan en cuevas o en farellones;
o forman con piedras ordenadas e
normes figuras en laderas.
Así hacen posible la vida humana
en el laberinto de soledad,
que sería sin ellos, la naturaleza.
Estas marcas dan una idea del tamaño,
y vastedad desconocida del paisaje,
y señalan la presencia
de los grandes estanques de agua
para regar los potreros,
que se usan también para bañarse.
El agua rebalsa sobre los bordes,
y la superficie se mantiene así,
limpia y quieta en los estanques,
para mostrar el lugar en su plenitud,
apretado entre el cielo,
y su reflejo en el agua oscura,
como el fondo negro de pizarra.
Germán del Sol
Arquitecto.